Eventualmente tenía que escribir sobre la bici...
Amo mi bici. Cuando empecé a usarla yo era una persona con muy poca si no es que nada de condición, con una sinusitis molesta y sin ninguna idea de cómo respirar, hidratarme, ni nada por el estilo. De cualquier forma, lo que ma llamó a aventarme, a salir con ella, a dar una vuelta con el propósito de volver a usarla, fue una convergencia de varios factores, algunos más poderosos que otros, pero todos juntos, lo suficientemente potentes para sacarme, ellos fueron: reducción de contaminantes, ejercicio, ahorro de dinero, ahorro de tiempo y acercarme un paso a ese futuro que se que es necesario.
En el comienzo, ya haya sido en la mitad del camino o antes de salir de casa, a veces dudé, muchas otras el viaje fue satisfactorio, pero siempre fue pesado. Vivo en Cuajimalpa, al poniente de la ciudad, a un lado de Santa Fe; las pendientes pronunciadas son características de esta zona, en cada subida me retaba un poco más, sin autodisciplina no hay forma de que lo hubiera logrado. Las veces en las que fue más duro, paré, pensé y recordé que en principio no lo hacía ni por el tiempo, ni por el dinero, ni por el físico, cosas que me podía ahorrar/ganar de otra forma, lo más importante era lo más dificil de ver, la persecución de un mejoramiento del entorno, tanto en la crisis del cambio climático, como en la del asqueroso humo que cada vez posee más a nuestra ciudad.
Hoy digo que amo mi bici porque no solo es útil en mi vida diaria, con ella me transporto todos los días a la escuela y de regreso, sino que ella me ha dado mucho más de lo que al principio creí. No solo es el viento en mi cuerpo, no solo es la satisfacción de saber que no dependo de una máquina que quema, escupe humo y ni siquiera se como funciona. Es la apropiación de mis sentidos y el contacto con mi entorno. Ahora siempre estoy atento de lo que me rodea, se como funciona mi cuerpo con el agua, el aire y el movimiento, con la fuerza de mis brazos siento la calle y las ráfagas de viento, siento los músculos de mis piernas empujar, siento la inclinación de la tierra, siento a la gente de cerca, veo personas, escucho, navego siendo yo y no una máquina; la bici es mi herramienta, mi compañera, es parte de mi, pero me deja ser en vez de yo ser de ella.
La argolla de matrimonio
Hace 3 años