Dicen que los cuentos son una ventana para crear mundos, para dar espacio libre a la imaginación, rienda suelta a todas las historias e imágenes que nuestra mente pueda crear. “Una margarita con un corazoncito que hace pum pa, pum pa, pum pa” decía un narrador de cuentos, “que todos somos más sabios y más fuertes juntos” concluía la historia de otra narradora. Pero “puro cuento” dirán algunos. Sean películas, cuentos o novelas, hay una dualidad contradictoria en las ficciones que contamos y leemos, esta parece siempre encontrarse en el escenario de lo que significa para nosotros lo imaginario, y esto, a mi parecer, depende de la forma en que leamos y contemos.
Nuestra vida diaria no se detiene, los cuentos nos distraen o nos hacen pensar en ella, nos hacen no pensar en absoluto, querer ser alguien más o resolver los problemas propios. La ficción en el cine nos lleva a otros mundos o nos hace profundizar en el nuestro. Las formas y el significado que compartimos con esos mundos, queramos o no, penetran nuestros imaginarios. La historia es negada o aceptada, pero siempre absorbida; sus discursos nos alienan o nos empoderan, y a veces nos confunden. Es un simple cuento, pero quiero creer en él, o, no creo completamente en él, pero me trastoca de una forma innegable e inexplicable. La situación se vuelve más confusa, grandes estímulos son creados, pero con "puro cuento". ¿Qué quiere decir esto? Tal vez que todo empieza a parecer tan incierto que nos hacemos grandes escépticos, reforzamos las subjetividades, las realidades personales, "es tu interpretación"; y a la vez construimos el nihilismo que nos separa fácilmente de todo lo demás y nada tiene sentido. Los mundos creados se autodestruyen porque cualquiera puede crear mundos, ¿de que valen entonces? No se en cual creer, no hay hilo conductor, no hay piso que pisar, solo ficciones que contar.
Se dice por ahí que así como no hay que creer en todo lo que se ve en la tele, tampoco hay que creer en todo lo que se lee, me gusta esta frase porque me lleva pensar en el prejuicio que se tiene de que entre más se lea, se es mejor, completamente falso a mi parecer. Sin embargo, también dicen, Paz y de Montaigne, que leer bien se trata de leer con cuidado, hacerlo de forma activa, no pasiva; tal vez leamos menos, pero leímos mejor. Así la responsabilidad de lo que se cuenta recae en ambos lados del papel, o de la pantalla.
Muchas veces la forma en la que las cosas están escritas o construidas nos hace ser más pasivos, o mas activos, y no necesariamente nos damos cuenta de ello. Pienso que así es con la ficción, con los cuentos que creamos, contamos y leemos, si lo hacemos bien, se cumplen las palabras de otra narradora: “los cuentos son sagrados, tratan de preservar la vida, develan secretos”. Pero hay que tener claro que no todo cuento es así, y entonces, para hacerlo bien, al escribir nos preguntaríamos como el otro irá a asumir lo que decimos, cómo nuestro cuento se conecta a experiencias personales, cómo nuestras formas se acercan a crear una ilusiones o a hacer pensar en algo; y de la misma forma se puede ver a la lectura, como la precticamos, para repetir por repetir y ser reconocidos, para distraernos, o para vernos, para ver al otro, para no tropezar, o para tropezar y aprender.
Hay varias formas de aprovechar el gran espacio que nos da la imaginación, hay muchas formas de soltar sus riendas. Una ventana a ella puede tener marcos diferentes, unos que limiten nuestra visión, bloqueen la luz y nos entorpezcan, u otros que permitan una mejor iluminación y una exploración más vasta de dentro y fuera. Entonces digo que la arquitectura de lo que contamos es de suma importancia, nos puede llevar a reflexionar o a creer ciegamente. De la misma forma, el como exploremos esa arquitectura, el como leamos, puede empeorar la situación, hacernos tropezar repetidamente, o, por otro lado, mejorar, hacernos más hábiles, más críticos. La imaginación puede sacarnos de este mundo o reafirmarnos en él y entonces preguntemos: ¿qué tipo de ventanas crearemos?, ¿qué tipo de ventanas leemos?
La argolla de matrimonio
Hace 3 años
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